La depresión
Como
ya comentamos en post anteriores, la
última actualización de cada semana estará dedicada a diferentes trastornos
psicológicos. Esta semana nos centraremos en la depresión.
En
la actualidad, el trastorno depresivo es la cuarta causa de discapacidad y se espera que se conviertan en la segunda causa principal de
morbilidad a nivel mundial. Aproximadamente
350 millones de personas (diez de cada 100 adultos) sufre de depresión. Dentro
de esta población, el 60% no recibe la ayuda necesaria para tratar esta
enfermedad, a pesar de que el tratamiento disminuye los síntomas en más de 50%
de los casos. Otro estudio afirma que la
prevalencia de la depresión en la población general puede estimarse entre el 9
y el 20% (entre 9 y 20 de cada 100 adultos). Aunque sólo la mitad (o menos)
termina recibiendo atención especializada, los pacientes depresivos constituyen
entre el 20 y el 25% de los pacientes que consultan al médico de familia por
algún problema psiquiátrico, lo que hace ver la enorme relevancia de esta
patología. En cuanto al género, se ha encontrado una mayor prevalencia en
mujeres, como poco, el doble de los hombres. Con respecto a la edad, el momento
de comienzo de esta patología cada vez es anterior, empezando a darse la mayor
incidencia entre los 15 y 19 años, la cual se mantiene igualmente elevada,
hasta los 40 años en los hombres y los
50 en las mujeres (dentro de su proporción).
El
término “depresión” tiene un uso tanto mundano-popular, como técnico-clínico.
En ambos casos se refiere a un momento vital que se puede definir como tristeza
y desánimo. De manera no clínica, el
termino depresión se utiliza para hacer referencia a una gran variedad de
síntomas. Dichos síntomas puede agruparse en cuatro categorías: síntomas
afectivos (tristeza, pena, desazón, anhedonia (o incapacidad para experimentar
placer o satisfacción en las actividades diarias)…), síntomas cognitivos
(pensamientos negativos sobre la triada cognitiva (uno mismo, el mundo y el
futuro), problemas de autoestima, pérdida de la esperanza, sentimientos de
culpa y remordimientos…), síntomas conductuales (abandonar las actividades
sociales, reducción de la tareas rutinarias, lentitud al andar, al hablar, actitud
desganada en general) y síntomas físicos (perdida o aumento del apetito,
problemas de sueño y ausencia de energía para realizar actividades cotidianas). La depresión vendría dada por diferentes síntomas, de modo que una persona podría estar deprimida diferentemente de otra, según la relevancia de uno u otro síntoma.
Con
respecto al tratamiento, el primero en establecerse (y el más utilizado) fue el
farmacológico, de modo que marca la pauta para los nuevos tratamientos.
Referente al tratamiento psicológico, hay dos que cuentan con mayor fiabilidad.
Son la terapia de conducta y la terapia cognitiva de Beck. Asimismo, estas
terapias han mostrado, como mínimo, una eficacia similar a la de los mejores
tratamientos farmacológicos lo que indica la gran importancia que tiene el
tratamiento psicológico para esta patología.
El
trastorno depresivo suele ser recurrente y, a menudo, el inicio de un episodio
depresivo se relaciona con la presencia de acontecimientos o situaciones
estresantes. Una teoría sugiere que el inicio de los trastornos depresivos puede
deberse a modificaciones en el sistema nervioso central en respuesta a niveles elevados
y mantenidos en el tiempo de estrés. Esto indicaría que dichos trastornos son
causados por alteraciones que impiden la función adecuada de las neuronas y
producen una alteración de la plasticidad neuronal (relacionada con la
capacidad de adaptación y aprendizaje). Cada evento estresante que
experimentamos puede tener impactos importantes y duraderos en nuestro cerebro,
alterando su estructura y función. En este sentido, el estrés sostenido se ha
asumido como desencadenador de graves consecuencias cognitivas, lo cual puede
propiciar en una serie de trastornos psiquiátricos como el estrés postraumático
y la depresión mayor.
Desde PsicoOdont
somos conscientes de la relevancia y el impacto negativo en la vida del
paciente de este trastorno. Podemos ayudarle a mejorar la sintomatología relacionada
con la depresión así como hacer frente a aquellas situaciones que puedan
suponer una fuente de estrés. Si tiene alguna duda o consulta, póngase en contacto con
nosotros a través del mail: psicoodont.psicologia@gmail.com o deje un
comentario en este post.
Fuentes:
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Tratamientos psicológicos eficaces para la depresión. Psicothema, 13(3).
Córdoba Coronel, J. J., Fuentes Fuentes, A., & Ruiz
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sociodemográficas y repercusiones de la depresión en el trabajador. Medicina
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Pérez-Padilla, E. A., Cervantes-Ramírez, V. M.,
Hijuelos-García, N. A., Pineda-Cortes, J. C., & Salgado-Burgos, H. (2017).
Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión mayor. Revista
Biomédica, 28(2).
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