Odontofobia (parte II)

La odontofobia es una fobia específica que implica el miedo y la evitación de todos los procedimientos odontológicos en general o un miedo más especifico en relación a exponerse a un tratamiento dental en particular. Cuanto más invasivo es el procedimiento, mayor es la probabilidad de padecer odontofobia, o, al menos, una ansiedad dental anticipatoria considerable.

La odontofobia tiene orígenes muy diversos (que veremos en post siguientes), así como manifestacion tambien diversas (que también veremos más adelante). Sea como sea, esta fobia se caracteriza por una sobreactivación, a nivel emocional, cognitivo, motor y fisiológico que se produce, o bien en el momento de tener que enfrentarse al tratamiento, o bien desde momentos anteriores (ya sea horas, ya sea semanas), lo que supone una anticipación negativa de lo que va a ocurrir. 

Si bien es cierto, no toda inquietud que provoque ir al dentista puede considerarse fobia. El objeto o situación temidos por la persona fóbica (en este caso, el dentista) pueden ser temidos también por las personas no fóbicas. Lo que hace que un temor pase a ser una fobia es la magnificación de la cantidad de riesgo en la situación temida y el grado de daño resultante de encontrarse con dicha situación. Es decir, la persona con fobia siente que la consecuencia negativa de ir al dentista es mayor, tanto en magnitud como en posible daño. La persona fóbica, por tanto, experimentará mucha más ansiedad que aquel que solo sienta temor. Otro aspecto fundamental para entender al paciente con odontofobia es la interpretación que hace de la situación. Por un lado, al enfrentarse a la situación hace una valoración poco realista debido a las distorsiones cognitivas que presenta. Por otro lado, sin embargo, aunque sea capaz de entender de manera lógica lo irracional de su activación, esto no es suficiente para superar la fobia.

A lo largo de diversos post iremos profundizando en otros aspectos de esta fobia para tratar de comprenderla lo mejor posible. 


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