Ataques de ansiedad

En los casos en los que la ansiedad llega a su máxima expresión, nos podemos encontrar ante pacientes que experimentan una crisis de ansiedad.

Una crisis de ansiedad, o ataque de pánico, es un incremento repentino de la excitación fisiológica que puede surgir de “la nada” o como respuesta a encontrarse en la situación fóbica, en este caso, la exposición al dentista. Los síntomas corporales son: palpitaciones, opresión en el pecho, dificultad para respirar, sensación de asfixia, mareos, debilidad, sudoración, temblores, sacudidas y hormigueo en las manos y en los pies. Las reacciones psicológicas son: sensación de irrealidad, deseo de huir, miedo a volverse loco, miedo a morir o miedo a hacer algo que escape del propio control. La persona piensa que se va a morir, que se ahoga. Por esa razón el objetivo principal es conseguir que se normalice su respiración.

En consulta es apropiado seguir estas pautas:
  • Dar conversión: hay que tranquilizar al paciente e intentar que hable, ya que con eso compensamos los niveles de oxígeno y dióxido de carbono (durante la crisis de ansiedad hay una sobreoxigenación). También es útil que beba agua.
  • Ganar tiempo: según va pasando el tiempo, los niveles de adrenalina se normalizarán y la persona comenzará a sentirse mejor.
  • Afrontar y aceptar los síntomas: no hay que negarle al paciente lo que le está pasando, sino tratar de explicarlo.
  • Comenzar a respirar de forma abdominal: respirar con el paciente tratando que el aire baje al vientre y que no se quede en los pulmones.
  • Si no se normaliza la respiración, facilitarle una bolsa de papel, un plástico o un guante para que pueda respirar dentro de ellos, de manera que se compensen los niveles de oxígeno y dióxido de carbono
  • Es fundamental mantener la calma y que el paciente perciba tranquilidad y confianza en el profesional sobre lo que hay que hacer.

Desde el punto de vista de la psicología, y de una forma muy general, la intervención consiste en:
  • Aprender técnicas de control del pánico: respiración abdominal y el uso de afirmaciones de afrontamiento específicas.
  • Identificar y cuestionar los miedos catastrofistas sobre la situación fóbica: sobreestimar el potenciar peligroso de la situación y subestimar las capacidades de afrontamiento. 
  • Exposición gradual a la situación fóbica: jerarquía de exposiciones progresivas, primero a la recepción, después la sala de tratamiento, después el instrumental… desde un estado de relajación inducida.
  • Modificación desde la teoría de los marcos conceptuales de las relaciones erróneas que presenta la persona.
Si en consulta nos encontramos ante un ataque de ansiedad, es importante saber si ese paciente padece de ansiedad o si es algo que aparece de manera puntual. Es fundamental saber cuándo hay que derivar a consulta de Psicología para tratar la ansiedad de manera más concreta.


Si tiene alguna duda o consulta, como paciente o como clínica, póngase en contacto con nosotros a través del mail: psicoodont.psicologia@gmail.com o deje un comentario en este post

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